Por sus implicancias en la salud pública y en la seguridad alimentaria y energética, el agua es un recurso natural clave para el desarrollo sostenible. Una correcta gestión de los recursos hídricos, sumado a una mejora del abastecimiento de agua y saneamiento, muestran impactos positivos en el crecimiento económico de los países como también en la erradicación de la pobreza.
Bajo esta premisa, en el 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció al acceso de agua potable y saneamiento como derecho humano. En la resolución se afirma el derecho de todas las personas a disponer de agua potable de manera continua, suficiente, salubre y de calidad aceptable, tanto para uso personal como doméstico. Además, en el 2015 Naciones Unidas estableció 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda para el Desarrollo Sostenible, de los cuales el objetivo número 6 está destinado a “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”.
Sin embargo, no todas las personas que habitan el planeta gozan del libre acceso al agua potable. Se estima que alrededor de 4 mil millones de personas viven bajo condiciones de escasez de agua física severa, durante al menos un mes al año. Además, según la Organización Mundial para la Salud, el suministro de casi 2000 millones de personas en el mundo proviene de una fuente de agua potable contaminada por heces. Profundizando esta última cifra, se considera que el consumo de agua contaminada causa más de 502.000 muertes por diarrea al año. A su vez, al menos 844 millones de personas en el mundo carecen de un servicio de abastecimiento de agua potable.
Mientras tanto, las cifras se ven agudizadas por un incremento en el uso global de agua, que por el crecimiento demográfico veloz sin un plan de ordenamiento territorial-ambiental de respaldo, el desarrollo económico y cambios en el patrón de consumo, está aumentando a una tasa constante del 1% anual.
Adicionalmente, el cambio climático, es decir las alteraciones de las variables climáticas por causas antropogénicas, impacta de múltiples formas en los recursos hídricos. El déficit de precipitaciones, por ejemplo, reduce la humedad de los suelos, el caudal de los ríos y la recarga de acuíferos. La intensidad del impacto, depende pura y exclusivamente de las particularidades locales, como características del suelo, geología, vegetación y consumo de agua. Por el contrario, un aumento de las temperaturas provoca cambios en los patrones de evapotranspiración y por lo tanto alteraciones en el ciclo del agua, como así también causa el derretimiento acelerado de la cubierta de glaciares, hielo y nieve. Si bien el derretimiento aumenta el flujo de corrientes de forma local y temporal, la menor superficie de glaciares resultante genera, a largo plazo, ríos con flujo fluctuante y, por ende, periodicidad en la disponibilidad hídrica.
Como consecuencia, el cambio climático agrava las desigualdades preexistentes en lo que respecta al abastecimiento de agua potable. El déficit en la disponibilidad de recursos hídricos potencia las sensibilidades de aquellos ya vulnerables, mediante sus efectos en la agricultura, la pesca y la salud. Además la escasez de agua, acrecienta las desigualdades entre los distintos géneros. Por ejemplo, en África subsahariana, son las mujeres y niñas las que tienen a cargo la tarea de recolección de agua y para ello, dedican en promedio más de 30 minutos al día a realizar esta tarea. Ante eventos de sequía, posiblemente dediquen un mayor período de tiempo a la tarea de recolección de agua, en detrimento de su educación.
Asimismo, la carencia de agua genera condiciones propicias para el desarrollo de bacterias que afectan la calidad del recurso. En tanto, la escasez hídrica trae aparejado una mayor exposición a aguas contaminadas y el consecuente impacto en la salud de las personas. Nuevamente, estos efectos tienen mayor relevancia en hogares vulnerables, ya que de base no cuentan con sistemas de saneamiento adecuados y provisión de agua potable de calidad.
Pese a lo descrito hasta aquí, vale mencionar que no todas las regiones del mundo se verán impactadas por escasez de agua. Las proyecciones climáticas demuestran que si bien en determinadas regiones las olas de calor serán más duraderas y habituales y las precipitaciones más escasas, lo cual se traduce en una mayor probabilidad de eventos de estrés hídrico severo, en otras regiones las lluvias se harán más frecuentes e intensas, aumentando el riesgo de inundaciones.
Estableciendo el foco en nuestra región, el panorama en América Latina y el Caribe requiere de especial atención. De por sí, los sistemas hídricos se hallan persistentemente presionados por una serie de causas socio-económicas: rápida urbanización, desarrollo económico y desigualdad, en una región donde la pobreza es una constante para todos los países.
A esta situación se le suma el cambio climático y la ocurrencia de eventos extremos, cuyos impactos concretos ya se observan en alteraciones de las corrientes y disponibilidad del agua, especialmente en las regiones semiáridas. Además, se proyecta que se continúen modificando los flujos fluviales, afectando aún más la disponibilidad del recurso.
Desde ALPA Soluciones Climáticas afirmamos nuestro compromiso de asistir a los gobiernos locales, dado que la problemática nos compete y motiva a seguir trabajando en pos de lograr municipios resilientes, capaces de hacerle frente a los efectos que la escasez hídrica tiene y tendrá sobre nuestra región.
Referencias bibliográficas
Organización Mundial para la Salud (21 de marzo del 2022). Agua. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/drinking-water
Objetivos de desarrollo Sostenible, Agenda para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Disponible en:https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/water-and-sanitation/
Resolución aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 28 de julio de 2010. Disponible en: https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/64/292&Lang=S
UNESCO, ONU-Agua, 2020: Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020: Agua y Cambio Climático, París, UNESCO.
Autora: Josefina Bordino, Licenciada en Recursos Naturales (FCAGR – UNR). Especialista en Planes de Acción Climática para la RAMCC y asesora externa para ALPA.