Durante el 2023, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) no sólo comenzó a medir la huella de carbono de sus empresas asociadas, sino que también avanzó con la medición de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas en eventos particulares, y así lo hizo en el 144° Congreso Maderero llevado a cabo el jueves pasado.
Medir la Huella de Carbono de un evento no es lo mismo que hacerlo en una empresa, ya que se centra en un tiempo y lugar específico, se recolecta información para reducir el impacto de sus acciones, y se organiza al equipo técnico de manera distinta, por mencionar algunas de las claves para entender este tipo de medición. Y así lo propuso a la directiva de la Federación Fernando Couto, coordinador general y director ejecutivo de FAIMA, cuando lideró el desafío dos meses atrás, asegurando que “es importante no sólo medir, sino después mitigar y compensar”.
La Federación fue fundada hace ya 90 años, con el objetivo de potenciar el desarrollo de la industria nacional, y lleva adelante acciones destinadas a promover un mayor consumo de la madera, estimulando un manejo sustentable del recurso renovable con la preservación del medio ambiente.
“La realidad es que creo que la Federación, al estar vinculada a uno de los sectores cuyo principal aporte puede ser subsanar el impacto del cambio climático, como primera medida, debemos ser conscientes de que incluso las actividades que nosotros llevamos a cabo generan emisiones de gases de efecto invernadero. Para después, puertas adentro, quizás en una segunda instancia, empezar a pensar en cómo disminuir esa huella”, manifestó Fernando Couto, coordinador general y director ejecutivo de FAIMA.
El objetivo principal de la medición es mitigar y adaptar el impacto socio ambiental que genera este evento, según sus características, y teniendo en cuenta cada uno de los momentos que contempla. El trabajo de Sello ALPA se rige en base a estándares internacionales como GHG protocol, ISO 14064, normas PAS 2050/2060 y la guía de inventario de GEI de la EPA.
Por su parte, y en el marco de este tipo de actividades, Couto evaluó la posibilidad de que algunas reuniones presenciales puedan pensarse también desde la virtualidad para morigerar el impacto:
“Por supuesto, lo personal tiene un vínculo que no va a ser subsanable, pero sí hay un beneficio en las reuniones de trabajo que puedan encontrarse a la distancia sin necesidad de transportar gente y sin necesidad de impactar aún más en la huella de carbono.”
Por último, y como una reflexión para poder seguir creciendo en estos aspectos, el director reconoció también la importancia de incentivar la responsabilidad de completar las encuestas para generar información:
“Es un poco lo que que nos falta, no solo a la Federación en sí, sino creo que al consumidor en general: entender que forma parte de la solución, aunque sea brindando su participación en responder una encuesta”
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