Hause Mobel es una empresa innovadora en el mercado de equipamiento corporativo de Córdoba, y es la sexta empresa maderera en recibir su Huella de Carbono gracias al trabajo en conjunto entre ALPA y FAIMA (Federación Argentina de Industria Maderera y Afines). Precisamente, Hause Mobel se dedica a la producción de distintos tipos de muebles para empresas, con diseños funcionales y ergonómicos.
En esta ocasión, la compañía cordobesa calculó las emisiones de carbono generadas durante el año 2023, bajo los estándares internacionales ISO 14064, GHG Protocol e IPCC. Cabe destacar que se han tenido en cuenta todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sobre las que la empresa tiene control: emisiones directas como los combustibles y los gases refrigerantes, y emisiones indirectas como las generadas por el transporte y los bienes y servicios, por mencionarlo rápidamente.
Balbina Bejarano, responsable del área de calidad, detalló los motivos de la iniciativa:
“Desde que la empresa planteó nuevas políticas de cuidado ambiental, empezaron a surgir preguntas respecto a qué hacer, cómo hacerlo y con qué herramientas contábamos. Básicamente, la medición de Huella de Carbono era el primer paso que necesitábamos para saber dónde estábamos parados y qué medidas tomar”.
Si bien también comenzaron a gestionar sus residuos, el inventario que armaron para recolectar la información requerida para gestionar su Huella les ha servido para tener registros que antes no tenían. Por ejemplo: hoy llevan la cuenta de la cantidad de contenedores de basura que van sacando, y esto los empuja a mantener el objetivo de ir bajando ese número. La recolección de datos suele ser un trabajo largo, pero realmente ordena a la empresa en muchos aspectos.
“Estuvo muy interesante porque me permitió darle mayor importancia a conceptos como la eficiencia energética, o identificar las principales fuentes de emisiones por ejemplo. Sobre todo, preguntarnos si lo que estamos haciendo respecto del inventario de nuestras emisiones, lo estamos informando de forma clara y trazable. Siento que dimos un paso muy importante”, detalló Balbina.
Además, han planteado la tarea de buscar constantemente proveedores locales que no demanden traslados largos de mercadería, y han trazado objetivos a largo plazo como la implementación de paneles solares que mejoren los índices de eficiencia energética. Saben que este tipo de inversiones no son tan sencillas, pero también confían en los beneficios económicos que ofrece el sistema financiero para abordar prácticas ambientales.
Es que todas las áreas de la economía se encaminan hacia una misma dirección. En el sistema productivo mundial, muchas conductas están cambiando con el objetivo puesto en alcanzar una neutralidad de carbono para el año 2050. En cierta medida, este tipo de iniciativas también es una forma de adelantarse a lo que tarde o temprano serán exigencias ineludibles en todo el planeta.