Uno de los indicadores ambientales más usado, que puede medir la emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, es la huella de carbono. Mientras que las grandes empresas apuntan a la carbono neutralidad, y cuentan con los recursos para capacitarse en materia ambiental, es importante que las Pequeñas y Medianas Empresas (PyME) tengan la iniciativa para calcular su volumen de emisión de gases contaminantes.
Al momento de medir la huella de carbono, no existen grandes diferencias a nivel organizacional entre pequeñas, medianas y grandes empresas. Todas generan un impacto en el ambiente, por lo que, aunque parezca una gota en el océano, todas son importantes para lograr objetivos en común.
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No obstante, los cálculos tendrán distintas escalas según las dimensiones de cada organización, por ejemplo, cantidad de empleados, el tamaño del predio, el tipo de actividad y el nivel de producción que tienen, entre otros aspectos.
Para las PyMES medir su huella de carbono conlleva múltiples beneficios. Por un lado, aumenta la eficiencia, ya que pueden identificar áreas y actividades en las que pueden mejorar la eficiencia energética y reducir costos operativos. Esto puede llevar a ahorros significativos a largo plazo.
Otro aspecto positivo es que medir la huella de carbono genera acceso a financiamiento y oportunidades de negocio, tanto nacional como internacional. Algunas instituciones financieras y organizaciones invierten en empresas que demuestran un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Medir y reducir la huella de carbono puede abrir puertas a oportunidades de financiamiento y colaboraciones comerciales.
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Las PyME tienen el potencial de generar crecimiento a nivel social, ambiental, productivo y económico, generando una escalabilidad sostenible a nivel empresarial. Profundizar estas prácticas, con un seguimiento personalizado como el que ofrece Sello ALPA Huella de Carbono, beneficia tanto a las empresas como al planeta y revalida el compromiso por mitigar el impacto de la crisis climática.
