Así como en un principio se consideraba al cambio climático como una problemática meramente ambiental, las migraciones se vincularon, por mucho tiempo, a cuestiones geopolíticas y sociales.
No caben dudas que el fenómeno migratorio es multicausal y que existe cierta complejidad a la hora de encontrar la causalidad que conlleva la decisión de migrar. No obstante, en varias oportunidades se cuestionó la falta de reconocimiento legal para aquellos que se veían forzados a desplazarse por ser víctimas de catástrofes ambientales que, en particular, no estaban contemplados dentro del concepto de migración. Por ello en 1976, a partir de la iniciativa del ambientalista Lester R. Brown, se empezó a implementar el término migrante o desplazado ambiental.
Siguiendo con la línea de tiempo y a raíz de los desastres naturales de los últimos años, cuya frecuencia y magnitud se ha acrecentado producto del cambio climático, comenzó a utilizarse un concepto más específico enmarcado dentro de las migraciones ambientales: la migración climática. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la migración climática “comprende el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual, u optan por hacerlo, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional”.
En general, la mayoría de los desplazamientos por motivos ambientales se restablecen dentro de su mismo país de origen, solo una menor cantidad de desplazados emigra hacia otros países.
Si bien en la actualidad, el fenómeno de migraciones ambientales y climáticas continúa sin estar suficientemente contemplado por el derecho internacional, regional o nacional, existen estudios que demuestran la magnitud del asunto y dejan en evidencia la urgencia de que la temática adquiera mayor relevancia en la política internacional. En tanto, según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), de los 40,5 millones de desplazamientos registrados en 2020, 30 millones fueron motivos directamente relacionados con el clima, es decir que casi el 75% de los desplazamientos se deben a catástrofes originadas por eventos climáticos extremos (Figura 1).
Figura 1. Desplazamientos durante el 2020. Fuente: Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC).
Por otra parte, en el período 2008 – 2020, se registraron alrededor de 318 millones de desplazamientos por desastres ambientales (Figura 2). En especial, las inundaciones como eventos climáticos extremos fueron responsables de aproximadamente la mitad de los desplazamientos (156 millones), como así también la ocurrencia de tormentas, que produjeron un total de 119 millones de migrantes.
Figura 2. Desplazamientos por desastres ambientales entre 2008 y 2020, desglosado por amenaza. Debido al redondeo de porcentajes, puede que algunos totales no se correspondan con la sumatoria de las cifras por separado. Fuente: Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC).
Según Morton et al., 2008, no solo el aumento de los eventos climáticos extremos, como fuertes precipitaciones y las consecuentes inundaciones, son las responsables de los desplazamientos masivos. Por su parte, el cambio climático contribuye también a la merma de los servicios ecosistémicos como el agua potable y la fertilidad del suelo que reduce el potencial agrícola y obliga a los agricultores a migrar; y al aumento del nivel del mar que impacta en las ciudades costeras, poblaciones insulares y zonas productivas de baja altitud, lo cual también se traduce en desplazamientos colectivos.
Ahora bien, el cambio climático es asimétrico en cuanto a quienes sufren las consecuencias. Si bien las amenazas climáticas pueden afectar ciudades o, incluso, regiones enteras, las consecuencias más severas las padecen los sectores más vulnerables de la sociedad, ya sea por su localización o por su situación socioeconómica.
Aún así, las consecuencias del cambio climático también presentan una dimensión de género: los impactos difieren entre mujeres y hombres. Esto no significa que los hombres no sufran graves efectos, sino que los efectos son distintos. Además existen diferencias entre las mujeres que tienden a aumentar o disminuir la brecha de género, como lo son la edad, el nivel de estudio, el estado de salud, lugar de residencia, cultura, entre otros factores.
Bajo esta línea, la forma en la que se viven los procesos migratorios es distinta para mujeres y hombres. De por sí, muchas veces la decisión de migrar ante condiciones ambientales desfavorables no depende de ellas precisamente, sino más bien de un hombre. Esto lleva a que, en contextos donde los impactos del cambio climático fuerzan a las personas a huir, las mujeres, y especialmente aquellas en situación de pobreza y exclusión, son quienes tienen más probabilidades de verse atrapadas por las circunstancias.
Finalmente esto demuestra que por las inequidades existentes en nuestra sociedad, las catástrofes naturales no afectan a todas las personas por igual. Por lo tanto, resulta absurdo abordar el cambio climático y los desplazamientos humanos independientemente del contexto cultural, social, político y económico de cada región.
El panorama de las migraciones climáticas a futuro
Indudablemente, lo que ocurra en las próximas décadas, será el resultado de las medidas que se adopten en la actualidad. Sin embargo, los escenarios son alarmantes: al menos para América Latina y el Caribe, el Banco Mundial estima un total de 17 millones de potenciales migrantes climáticos a mediados de siglo. Mientras que a nivel global se estima que habrá un total de 200 millones de migrantes ambientales para 2050.
Si bien, resulta difícil pronosticar un fenómeno tan complejo como las migraciones, se puede afirmar que particularmente la dinámica de la migración climática dependerá de:
• La cantidad de gases de efecto invernadero que se emitan
• El índice de crecimiento demográfico y la consecuente distribución de la población
• Cómo se desarrolle en términos meteorológicos el cambio climático
• Cuán eficaces sean las estrategias locales y nacionales de adaptación
• La condición socioeconómica de la sociedad
Independientemente de cómo evolucione el patrón de desplazamientos, el reconocimiento legal de migrante climático es fundamental para poder generar una política migratoria internacional que regule una situación que, por sus implicancias, involucra tanto países desarrollados como en vías de desarrollo. Además, considerando que la migración es, en casos más extremos, una estrategia de adaptación al cambio climático, se requieren medidas concretas y urgentes por parte de la comunidad política internacional para otorgarle cierto tipo de protección legal a la figura del migrante climático.
Nuestro equipo en ALPA Soluciones Climáticas acompaña a municipios de América Latina y el Caribe en la elaboración de sus Estrategias de Adaptación que contribuyen en el fortalecimiento de la resiliencia de las ciudades. Sin lugar a dudas, las ciudades más resilientes serán las que puedan hacerle frente a los eventos climáticos extremos evitando así desplazamientos forzados y masivos. Asimismo, creemos que las migraciones climáticas deben ser objeto de estudio, de modo que aquellas personas que toman decisiones dispongan de herramientas fiables en las cuales sustentarse.
Bibliografía
• Morton, A., Boncour, P., & Laczko, F. (2008). Seguridad humana y desafíos políticos. https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/8843/1/RMF_31_03.pdf
• Pisani, M. (Julio 19, 2022). “Migrantes ambientales: el rostro humano del cambio climático en América del Sur”. El País. https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2022-07-19/migrantes-ambientales-el-rostro-humano-del-cambio-climatico-en-america-del-sur.html
• Guevara, H. B. (2017). El migrante climático y su reconocimiento en el ordenamiento jurídico internacional. Investigación y Pensamiento Crítico. http://ipc.org.pa/ojs/index.php/ipc/article/view/65/63
• Salvador Aruj, R., & Priotto, G. (2017). Migraciones, ambiente y cambio climático, estudio de casos en América del Sur.
• Felipe, B. (2019). Perspectivas de género en las migraciones climáticas. Zaragoza: ECODES.
• Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC). Informe Mundial sobre el Desplazamiento Interno 2021. Parte 2, Desplazamiento Interno en un Clima Cambiante. Disponible en: https://www.internal-displacement.org/global-report/grid2021/spanish.html
• Migraciones Climáticas Web. https://migracionesclimaticas.org/