Luego de analizar los rubros que están experimentando cambios y nuevas oportunidades en materia de sostenibilidad, se pueden observar señales importantes en el área del desarrollo inmobiliario y la construcción.
Hay datos fundamentales más allá de los factores ambientales que constantemente se destacan: las construcciones sostenibles, aunque puedan tener costos iniciales más altos, generan ahorros significativos a futuro mediante la eficiencia energética, la gestión del agua y la durabilidad de los materiales.
En este sentido, un caso ejemplar entre las empresas que midieron su Huella con ALPA es el de EB Arquitectura Sustentable, un estudio de arquitectura radicado en San Martín de los Andes, que lleva adelante proyectos con enfoques sustentables hace más de 10 años. Durante la presentación de resultados de su Huella de Carbono, Eugenia Bertone también resaltó otros sistemas que utiliza y que llevaron a su cadena productiva a tener baja emisión de carbono: la construcción de paneles de pasto, el aprovechamiento de la luz solar, o la recolección de agua de lluvia.
También la firma rosarina Focus Desarrollos, dedicada a comercializar productos inmobiliarios con identidad propia y de calidad, demuestra que la separación de residuos, la utilización de luminarias LED y el reciclaje de papel, son pequeñas acciones que obligan a aprovechar al máximo la energía natural y preservar el medio ambiente, modificando a su vez los gastos y los costos finales de los productos.
En otra escala, también resulta pertinente mencionar a grandes empresas de la construcción, como Milicic o Loma Negra, que además de producir de forma responsable buscan reducir su Huella de Carbono con los mismos parámetros mencionados anteriormente, fundamentalmente mediante un uso eficiente de agua y energía —en el caso de Loma Negra, se destaca también el uso del ferrocarril como medio de transporte más sostenible a la hora de trasladar sus materiales —.
Estos ahorros no solo benefician a los desarrolladores, sino también a los compradores o usuarios finales, ya que en muchos casos disminuyen el valor final de un bien, y en otros hasta mejoran el atractivo de las propiedades.
En síntesis, el sector inmobiliario podría liderar un cambio positivo si se enfoca en el desarrollo urbano sustentable y equilibrado. Esto implica crear proyectos que respeten el entorno natural, apostar por la innovación en materiales y diseño para reducir el impacto ambiental, y satisfacer la demanda de los consumidores mejorando la reputación de la empresa.
