La Corte Europea de Derechos Fundamentales ha emitido un fallo sin precedentes, condenando a Suiza por su «inacción climática», al no tomar medidas suficientes contra este fenómeno. Este fallo es una respuesta a una denuncia presentada por 2.500 mujeres ante el tribunal, marcando la primera vez que este tribunal se pronuncia sobre el calentamiento global.
Las políticas para mitigar los efectos de la crisis climática se consideran un derecho fundamental de los ciudadanos, según la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH), el principal tribunal del continente en materia de derechos fundamentales. El CEDH no es un tribunal de la Unión Europea, sino del Consejo de Europa, la organización continental que promueve los derechos humanos y las libertades fundamentales. En él participan los 27 países de la Unión Europea pero también otros como Suiza, Reino Unido, Noruega, Moldavia, todos los balcánicos o Turquía.
La denuncia fue presentada por un grupo de 2.500 mujeres contra las autoridades suizas por no tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático, que afectan negativamente su calidad de vida y salud. La decisión judicial fue unánime, ya que los 17 jueces del alto tribunal consideraron que hubo una clara violación de la Carta Europea de Derechos Humanos.
El fallo del pasado martes establece, según la Carta Europea de DDHH, que los ciudadanos tienen derecho a una «protección efectiva» por parte de las autoridades contra los efectos negativos del cambio climático en la vida, salud, bienestar y calidad de vida. Este caso sienta un precedente legal que podría ser utilizado en Europa contra otros gobiernos y animar a las ONG ambientales a utilizar la vía judicial en su lucha por el clima.
En 2020, un grupo de jóvenes de entre 12 y 24 años en Portugal ya había presentado ante esta Corte una denuncia que fue desestimada por la misma, entendiendo que no se habían agotado las vías legales de dicho país. Según la nota publicada en el portal de Clarín, la idea mediatizó enormemente el caso y pondrá ahora todos los focos sobre los jueces portugueses.
Fuente: Clarín