Banco de Alimentos de Rosario: un actor socioambiental clave que midió su huella con ALPA

La pérdida y el desperdicio de alimentos son algunos de los principales contribuyentes al cambio climático. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), aproximadamente un tercio de los alimentos se pierde o desperdicia a lo largo de la cadena de suministro. 

Esto no sólo es un hecho desmedido cuando casi 800 millones de personas en todo el mundo enfrentan hambre, sino que los alimentos desperdiciados a menudo se envían a vertederos donde se descomponen y liberan gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. De hecho, entre el 8 y el 10 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero son causadas por la pérdida y el desperdicio de alimentos. 

Esta problemática global también se manifiesta a nivel local. Por tanto, desde Sello ALPA reconocemos la importancia de la actividad que realiza el Banco de Alimentos de la ciudad de Rosario (BAR) como actor fundamental en la recuperación de excedentes de alimentos y productos comestibles, así como en su redistribución hacia aquellos que más lo necesitan. 

De aquí que, durante el corriente año, hemos llevado a cabo de forma conjunta con el BAR la elaboración de su huella de carbono organizacional. En la medición no nos limitamos únicamente a cuantificar las emisiones de dióxido de carbono equivalente relacionadas con las operaciones propias del Banco, sino que también analizamos las emisiones que se han evitado en la atmósfera gracias a su labor como  institución.

“Claramente nuestra actividad como Banco beneficia a la sociedad y al medio ambiente, y esto a su vez influye directamente en la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero. Nuestra labor combina la lucha contra el hambre con la sostenibilidad ambiental” afirmó Nadia Montes, directora ejecutiva del BAR.

Durante el años 2022  el Banco de Alimentos de la ciudad de Rosario ha recuperado ​​1.501.120,53 kg de alimentos (2388 tCO2eq), que fueron redistribuidos a merenderos, clubes deportivos, escuelas y demás comedores comunitarios. Estos alimentos son aprovechados, lo que significa que no son destinados al vertedero como desperdicios y no se requiere una producción adicional para satisfacer las necesidades alimentarias de la comunidad. 

Emisiones evitadas por el Banco de Alimentos de Rosario
Emisiones evitadas por el Banco de Alimentos de Rosario

Un actor socio ambiental clave

Sin la intervención del BAR todos los alimentos terminarían en el relleno sanitario de la ciudad, generando un impacto ambiental significativo. Por otro lado, es necesario que todos los comedores comunitarios tengan acceso a estos alimentos de alguna forma. Como resultado, se adquieren alimentos genuinos, producidos desde cero, causando un consumo adicional de energía, combustible, agua y demás recursos naturales para su elaboración. 

“Reconocimos la importancia de abordar la relación entre nuestra actividad y el cambio climático, alineados con los objetivos de desarrollo sostenible. Esto nos llevó a considerar cómo podríamos contribuir de manera significativa a la reducción de GEI a través de nuestras operaciones y evaluar cómo podríamos integrar la sostenibilidad ambiental en nuestra misión principal de combatir el hambre» expresó Montes.

En tanto, la responsable de calidad, seguridad y medio ambiente Nilba Artuz señaló: «Estamos comprometidos en explorar estas oportunidades y en trabajar en conjunto con ALPA para lograr un impacto positivo tanto en la sociedad como en el medio ambiente. Es por eso que decidimos realizar la medición de nuestra huella de carbono del 2022 e implementar todas las recomendaciones que nos realizaron para disminuir la emisión de GEI”.

Como equipo de Sello ALPA, nos complace enormemente haber concluido este proyecto en colaboración con el BAR. Fue una experiencia sumamente enriquecedora, ya que nos ha permitido no solo enfocarnos en las instituciones que generan emisiones y contribuyen al aumento de sus huellas de carbono, sino también valorar y reconocer a todas aquellas organizaciones que, a través de sus acciones e iniciativas, desempeñan un papel fundamental en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a un entorno más sostenible y equitativo.

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